Una contención adecuada de los relaves reduce el riesgo para las personas y el ambiente, y cuando se desmantela una mina, las instalaciones de relaves espesados son más fáciles de rehabilitar.

Además, cada vez se usan más los relaves espesados para el relleno de minas subterráneas. Esto permite aumentar la productividad y reducir los tiempos de ciclo de la mina, así como los volúmenes a eliminar en las TSF de superficie. Las condiciones de la minería subterránea también se pueden mejorar debido a una reducción del manejo de agua y lodos.

Consideraciones y retos importantes

Cuando los relaves no se gestionan correctamente, los resultados pueden ser letales. Resulta esencial que los operadores de minas comprendan claramente los riesgos y consideraciones clave relacionados con este proceso, en particular, la deshidratación de relaves.

Cada mina es diferente y está sujeta a diferentes restricciones ambientales, reglamentarias, y de costos de capital y operativos.

El costo es una consideración clave para muchos operadores y puede afectar adversamente a la viabilidad de una mina. Por lo tanto, es necesario implementar una estrategia de gestión de relaves que ofrezca confiabilidad y una buena relación calidad-precio.

Las limitaciones ambientales también son un factor importante a la hora de establecer una TSF. En partes del mundo donde la topografía constituye un desafío como, por ejemplo, regiones montañosas u otros paisajes ambientalmente sensibles, es posible que sea necesario construir una TSF más alejada de la planta de procesamiento. Esto puede ofrecer como resultado la necesidad de transportar lodo a largas distancias o a mayores alturas. La deshidratación de relaves es una opción viable en estos escenarios, ya que así hay que trasladar menos lodo, lo que reduce los costes operativos.